lunes, 25 de octubre de 2010

La verdadera estimulación.

¿Qué es estimular a nuestro bebé? Les paso la respuesta de Carlos Gonzáles, genialísimo pediatra, fundador y presidente de la Asociación Catalana Pro Lactancia Materna (ACPAM), acerca de la pregunta que le hace una mamá (tomado de aquí):

Tengo una bebé de tres meses y me gustaría saber qué puedo hacer para estimularla. Le leo cuentos muy suavemente mostrándole los dibujos del mismo y ella me presta atención, cuando fija su mirada en algún objeto o en mis manos por ejemplo le menciono el nombre del objeto un par de veces captando su atención, le hago masajes después del baño pero no sé que más puedo hacer siendo ella tan chiquita.

Respuesta del Dr. Carlos González:

Apreciada amiga:
No creo que sea buena idea estimular a los bebés.
A ver, los bebés reciben estímulos, por supuesto. Y es conveniente y necesario que los reciban. Los bebés ven cosas, oyen cosas, sienten cosas. Los padres acarician a los bebés, les hablan, les cantan. Hoy sabemos que todo eso es bueno para el desarrollo de su cerebro. Pero era igual de bueno cuando no lo sabíamos.
Mi madre me cantaba, me acariciaba, y más adelante (cuando yo entendía algo, porque, la verdad, con tres meses…) me contaba cuentos. Pero no decía “voy a estimular a mi hijo”. Lo hacía a veces porque yo lloraba y me quería consolar, otras veces porque yo reía y me quería disfrutar.
Si usted hace eso mismo, lo que han hecho las madres durante millones de años, sólo que ahora, en vez de llamarle “cantar” o “mecer”, le llama “estimular”, pues muy bien, llámele como quiera. Pero para eso no necesita preguntar a ningún “experto” qué más puedo hacer. Créame, todas las madres que en el mundo han sido lo han sabido hacer la mar de bien.
Pero si al cambiar el nombre intenta también cambiar el contenido, si en vez de pensar “voy a consolarla/entretenerla/calmarla/mimarla/jugar con ella” piensa “voy a estimularla, voy a hacer una serie de técnicas que la volverán muy inteligente”, entonces está haciendo una cosa distinta (fíjese en que tradicionalmente las madres no querían estimular a sus hijos, sino todo lo contrario, calmarles y dormirles), una cosa nunca antes experimentada, una cosa tal vez peligrosa. Peligrosa, porque lo que era un placer puede convertirse en una obligación, tanto para usted como para su hija. Peligrosa, porque corre el riesgo de esperar, incluso exigir, que su hija le de algo a cambio: que esté atenta, que se vuelva más inteligente…
Mi madre no hizo nada para que yo me volviera inteligente, porque ya sabía, con absoluta certidumbre, desde el mismo día en que nací, que yo era el niño más listo del mundo. Y el más bueno, y el más guapo. Para eso están las madres.

Estimular es “ofrecer juegos, compartir tiempo, satisfacer necesidades, todo basado en el amor”, tal como aquí comenta Patricia Vaca, psicóloga especialista en trastornos del desarrollo y el aprendizaje.

No se trata de llenar un cuarto de juegos de juguetes de última generación que les permitan a nuestros hijos desarrollar inteligencias múltiples que hagan de ellos hombres de éxito. Compartir tiempo de juego, en cambio, es básico para que ellos establezcan conexiones importantes para su desarrollo presente y futuro.

by misspink

Actividades tan básicas y espontáneas como mirar a los ojos a tu bebé, hablarle y decirle que eres su mamá o su papá, oir música y/o diferentes sonidos, arrullar, balancear, masajear, generan nuevas conexiones y circuitos neuronales que inciden en el desarrollo cerebral de nuestros hijos. Rasgar papeles, jugar con la pelota, armar, desarmar, jugar con plastelina, entre otros, son actividades importantes para niños desde los 8 meses y en adelante.

Sobre-estimular es una de las cosas que solemos hacer las mamás en nuestro afán de lograr que nuestros hijos “sean una genios, pero rápido”. Más hábiles y despiertos que otros niños. Para qué, ¿se han preguntado? Y los sometemos a diferentes estímulos, constantes e interminables: mil juguetes, muchos colores, sonidos distintos, bulla, clases, talleres… ¿saben que podríamos conseguir todo lo contrario a lo que buscamos? Pues sí, entonces vayamos con calma. Respetemos el desarrollo propio e individual de nuestros hijos. Conozcamos un poco más acerca de ello y disfrutemos del juego como la principal herramienta para compartirlo casi todo.

A ustedes ¿cómo les va?

Hablamos,

Lu

Fuente: Blog Mama de Dos Chancletas

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dejanos un comentario por favor para esta entrada, no necesitas estar registrado, gracias por compartir tu opinión con todos.